RESEÑA
Lleno de no hay billetes en tarde de sol y mucho calor. Se lidiaron toros de cuatro hierros distintos: Huagrahuasi (1ro., manso y parado); Mirafuente (2do., noble y colaborador y 5to., noble y colaborador); Vistahermosa (4to., toro muy serio y bien armado, complicado en la muleta); y Triana (3ro. complicado y sin humillar en los engaños; 6to., bravo, muy noble y de mucha calidad). Julián López "El Juli" (verde botella y oro) oreja, ovación y dos orejas y rabo simbólicos (indulto); Guillermo Albán (azul marino y oro), oreja en el único que mató; Joselito Adame (turquesa y oro), oreja y vuelta con bronca al palco por no conceder la oreja. Guillermo Albán sufrió fractura de la muñeca al ser alcanzado por el segundo de la tarde.
Apoteósico ha resultado el cierre de la Feria de Quito "Jesús del Gran Poder" en su edición 2009, que concluyó esta tarde. Estábamos anhelando algo como lo de hoy para el cierre, pues la feria, la verdad sea dicha, ha tenido muchos altibajos. Y no siempre por el mal juego de los toros, que también lo hemos anotado, sino porque los toreros, a la hora de colofonar sus faenas, han fracasado en la suerte suprema, dejando el balance artístico del ciclo en mucho menos de lo que se pudo alcanzar realmente.
Pero esta tarde, "El Juli" se destapó logrando conjuntar una obra extraordinaria y armar un verdadero alboroto en el coso de Inaquito.
Su primer toro fue un soso y manso ejemplar de Huagrahuasi, con el que el torero de Velilla se afanó por meterlo en la canasta, haciéndolo todo él, buscándole las vueltas y atacándole mucho, sin lograr respuesta en el manso. Trasteo esforzado que fue calando de a poco en el tendido y que le ovacionó con fuerza en agradecimiento a su esfuerzo y ganas. Mató de gran estocada en lo alto y le fue concedida la oreja de su oponente.
El que hizo segundo de su lote, cuarto de lidia ordinaria, fue el toro más serio y rematado de toda la feria, quizá. Rajatabla, de Vistahermosa, fue un toro muy cuajado, bien armado y alto de agujas, que tuvo emoción de salida y que transmitió mucho en la muleta del torero español. Una faena para aficionados, pues Julián estuvo muy firme con él, estructurando una faena muy importante y de mérito. De no haber pinchado hasta dos veces, antes de agarrar la estocada que además resultó caída, seguro hubiese cortado la oreja del astado. Todo quedó en una cerrada ovación al rodar el toro.
Tras el percance del torero guayaquileño Guillermo Albán, El Juli se las entendió con el ejemplar que tocaba lidiar al paisano. Agresivo, de Triana, saltó en último lugar al ruedo, y entregó su calidad y nobleza a la muleta de Julián López, que firmó una faena cumbre e intensa, trabajada en unas primeras series sin atacar demasiado al pupilo de Triana, para irlo "haciendo" e ir sacando el extraordinario fondo y clase que tuvo.
Un trasteo redondo, pletórico de muletazos de una profundidad y calidad enormes. El torero de Madrid lo entendió a la perfección y sobre todo toreando al natural, creó los momentos más emotivos y rotundos de la tarde, y también de la feria, pues sin duda alguna, para este servidor esta de El Juli será la faena de la feria.
El público de Quito, sensible como es, vio la clase del toro y la dimensión de la obra que el torero español estaba construyendo y empezó a pedir el indulto para el de Triana. Tarea a la que se dedicó esmeradamente El Juli, que lució siempre al animal en el centro del ruedo. Y en esos terrenos, precisamente, buscó la igualada el torero para entrar a herir -sabedor de que la gente estaba muy a favor del indulto, desde luego- y a partir de ahí, la solicitud para que se perdonara la muerte al gran toro de Triana creció hasta que la Presidencia de plaza mostró el pañuelo naranja.
Obra cumbre de El Juli en Quito, quizá una de las más compactas, si no la mejor, que se le recuerdan al joven maestro en esta plaza. Al final, dos orejas y rabo simbólicos, para redondear una tarde enorme en Iñaquito.
Guillermo Albán cumplía su segunda comparecencia, luego de que en la tarde inaugural de feria estuviera poco centrado con su lote. Esta tarde, por tanto, la misión era "matar o morir".
Y con esa convicción salió Guillermo a dar cara ante su primero, un buen toro de Mirafuente, con tranco y transmisión. Recibió con larga cambiada, que ya fue toda una declaración de intenciones. Toreó por verónicas, en un saludo largo y brillante hasta rematar en el mismo centro del platillo. Llevó al toro al caballo con un vistoso y templado galleo y realizó un ajustadísimo y vibrante quite por gaoneras, que caló fuerte en los tendidos.
Su trasteo de muleta fue largo, quizá demasiado, pero de cualquier forma todo lo hizo con temple, gusto y mando, tanto en los derechazos como en los naturales. El torero de Guayaquil evidenció sus ganas y la convicción de triunfar la tarde de hoy, y lo demostró en cada fase de su quehacer.
Luego de pinchar arriba en el primer viaje, dejó una gran estocada que hizo rodar al toro de modo espectacular. Desgraciadamente, al momento en que el toro rodaba, Albán hizo un desplante y el toro, en un último estertor, se lo llevó por delante propinándole una aparatosa voltereta, de la que salió el torero con su muñeca fracturada.
La plaza pidió la oreja, ganada a ley y más que merecida y luego de pasearla el torero, fue por su propio pie a la enfermería. Los doctores de plaza detectaron la fractura y fue conducido en seguida al hospital para ser tratado adecuadamente. Una pena por el torero, pero en cualquier caso, su cartel queda intacto tras firmar una gran actuación en la Plaza de Quito, en la que es un torero my querido.
El mexicano Joselito Adame tuvo también una tarde entondada en día de hoy. Su primero, de Triana, fue un complicado ejemplar que no es que diera muchas facilidades al torero. Así y todo,lució en el toreo de capa, haciéndose aplaudir por parte del respetable.
Cubrió el tercio de banderillas con poco acierto, en tres pares de los que tan solo el primero resultó reunido y vistoso. Con la muleta su trasteo fue aseado aunque algo acelerado. Además, le costó al diestro de Aguascalientes dominar las embestidas del ejemplar, sin que la faena alcanzara cotas más altas. Entró a matar y dejó una estocada defectuosa de colocación, pero la gente pidió con fuerza la oreja y la presidencia la concedió.
Con el quinto de la tarde volvió a estar entonado con el capote, logrando calentar los tendidos en el quite, por zapopinas, que resultaron emocionantes y vistosas.
Estuvo francamente desdibujado con las banderillas, logrando colocar tan solo un par de los cuatro que intentó. Con la muleta estuvo nuevamente aseado, pero sin mayores apreturas y sin atacar demasiado. Mató de un estocadón hasta las cintas, un tanto tendido, que hizo rodar al toro de forma espectacular. La parroquia pidió atronadoramente la oreja, pero la presidencia la negó, decisión que generó una gran bronca en los tendidos, por no conceder la oreja pedida de forma mayoritaria. Dio vuelta al ruedo y saldó así su participación en la feria de Quito.
Cierre intenso y bello el de la Feria de Quito de este año, que tuvo como protagonistas al torero madrileño que asaltó in extremis las alturas de los triunfadores del ciclo quiteño, y al torero de la tierra, Guillermo Albán, que alzó su voz para decir "aquí estoy, y aquí me quedo".
Será hasta el año venidero... si Dios lo permite.