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Fabián

martes, 23 de octubre de 2007

Las Claves de la Temporada 2007

Por Fabián Cuesta

El año 2007 ha sido uno de los más completos, para mi modesto entender. Toros y toreros se han empleado a fondo, y como resultado de ello, esta temporada ha sido brillante A tal punto, que casi no sabría por dónde empezar a revisar todo lo bueno que ha dado.

Por justicia debo empezar por el toro, que es además el ingrediente esencial de la fiesta. Y en este año lo ha habido en cantidad y calidad, casi directamente proporcional. Independientemente del número de toros indultados – ya se sabe que aquello de perdonar la vida a los toros resulta un tema espinoso para muchos “buenos aficionados”- en gran parte de plazas se han registrado corridas con muchos éxitos, precisamente por el buen juego de los astados.

Hay que sacar de ese balance, desde luego, a los toros de desecho. Esos que sueltan en fechas supuestamente “señaladas”, para los toreros modestos. De eso debieran pedirles cuentas a los empresarios y a los ganaderos.

Pero de los que han salido para las figuras o los toreros con más “cartel”, sí que han servido y han posibilitado el triunfo. Esto sugiere, al parecer, que la cabaña brava hispana va recuperándose. Ojalá sea así, pues es conditio sine qua non para que todo lo demás funcione y brinde alguna garantía. De ello, por lo demás, depende la supervivencia de nuestra fiesta.

Luego, está la extraordinaria campaña de El Juli. Sí, sí, yo soy un julista confeso, pero también soy tomasista, morantista, pererista, manzanarista…

Pero es que lo de El Juli ha sido, ahora sí, la ratificación de su maestría y de su poderío; Madrid, por fin Madrid, le ha abierto la puerta grande que le cerró el año anterior. Ahora sí, la catedral del toreo le ha cedido el bastón de mando de la fiesta.

La Real Federación Taurina de España le ha otorgado el tradicional Trofeo Nacional “Cossio”, en su decimocuarta edición, declarándolo el mejor torero del año. Los Premios Ricard, en Francia, lo han declarado como el matador triunfador de la temporada francesa 2007. También la Revista 6TOROS6 le ha conferido, en sus premios Palmarés, el galardón al mejor matador de toros en la temporada 2007.

No es gratuito, desde luego. El Juli ha estado enorme este año, mostrando una evolución en su concepto del toreo que, al decir de muchos, parecería no tener límites. Con una regularidad impresionante, con un regusto y un disfrute que se ha transmitido invariablemente al tendido.

Morante de la Puebla fue otro de los “puntos calientes” de la temporada. Nosotros barruntábamos ya que así iba a ser, cuando lo vimos en la Plaza Belmonte durante la bella velada taurina de noviembre pasado. Estuvo simplemente genial.

A pesar de haber tenido bemoles en algunas plazas, en las que fue pitado o abroncado, ha cambiado la moneda en otras plazas de gran trascendencia, como la de Madrid. Ahí firmó precisamente una de sus obras cumbres de la temporada. He visto el video de esa faena, y es puro ingenio e inspiración. Muchos aficionados en el tendido se arrancaban cabellos, se rompían camisas de tanta emoción y alegría. Un genio reinvindicado.

Su retiro, tan repentino como absurdo –para quien no está en los pantalones del torero, desde luego- supuso una inflexión en la calidad que llevábamos durante la temporada. Su ausencia de muchas ferias importantes privó de esa dosis de genialidad y de embrujo que aporta su toreo. Ojalá que el genio de La Puebla del Río vuelva a vestirse de luces el año que viene. ¡Haces falta, José!

Sebastían Castella es otro destino importante en el itinerario de esta temporada taurina. Debo confesar, como aficionado, que no me llega demasiado su toreo, pero me sorprende su naturalidad y su valor. También me ha llamado la atención su rotunda regularidad esta temporada, tan sólo frenada por una anemia ferropénica a últimos de temporada, que dejó también un vacío en su tramo final.

El otro hito clave de este año ha sido la vuelta de José Tomás. Ya he ensayado algunas líneas sobre él, pero creo que hay que darle nuevamente la importancia debida. No se puede negar que el año taurino 2007 ha estado fragmentado en dos partes: la una, antes de la vuelta del torero de Galapagar, en la que solamente el aldabonazo de El Juli en Madrid y la inspirada tarde de Morante en el mismo coso Venteño, fueron los puntos más altos de lo que iba del año; y otra, totalmente distinta en ritmo, impacto y resultados –incluso mediáticos- cuando “el monstruo” reapareció.

Puso a todos los toreros “a parir”, porque el salía a dar fe de que su concepto y filosofía del toreo no había cambiado nada, y que estaba igual de predispuesto a dejarse matar, como antes de irse.

Sobre todo a uno, que llegó a decir hace poco la gilipollez de que “cada tarde su leyenda crece”, cuando ha nacido ayer y no ha dicho casi nada en el mundo del toro. Sí, ese que imita al de Galapagar sin pudor y que tendrá que encontrar un sello propio pronto, o José Tomás se lo comerá vivo.

Y como que todos se alinearon, se cuadraron ante el comandante y pusieron sus motores a mil a la voz de “ya”. Disculpen ustedes si esto que digo les parece una exageración. Yo lo veo así.

Una maravilla, en todo caso, porque eso le ha dado sabor, emoción y personalidad a la temporada.

Hay, sin duda, muchos otros toreros que han dado su aporte en este año: uno de ellos, para mí, es Miguel Ángel Perera. Lo vimos por primera vez hace unos cuatro años, en la Feria de Quito del 2003. Vino de novillero, y cortó una oreja después de una faena de mucha calidad, pero que tuvo poco eco en el tendido. El año anterior le hizo la faena de mayor calidad y hondura a Riguroso, de Huagrahuasi; faena que quedó sin premio. Sin embargo, por esa misma obra, ese toro fue declarado el mejor del ciclo quiteño del 2006. Absurdo, ¿no?

José María Manzanares es el otro de los grandes de la temporada. También se fue antes por la enfermedad del dengue. Si alguien le contara al alicantino cuantos miles de ecuatorianos la padecen, y siguen su vida normal, quedaría "flipando" como dicen los españoles. Cosas del desarrollo, al fin y al cabo.

En fin, que el joven Manzanares va madurando a pasos agigantados, su toreo tomando cuerpo como el buen vino tinto, y es uno de los toreros que habrá que tener en cuenta en el 2008.

Manuel Jesús "El Cid" ha hecho otra temporada magnífica, y lo ha refrendado con el tacazo de Bilbao. Gran torero el sevillano. El galo Juan Baustista ha sido una grata revelación, de mediados de temporada para adelante. Se fue un poco aburrido, pero volvió para ser protagonista. Muy bien por él.

Del mundo del toreo a caballo, aunque no soy muy amante de esta versión del toreo, sigo viendo en Hermoso de Mendoza el que lleva el peso de la fiesta en sus hombros. El espectáculo es uno cuando está, y no llega a ser lo mismo cuando falta. A pesar de que hay otros que suenan y que, según dicen, son las bases y el relevo de los que van de salida.

Quizá haya muchos otros capítulos que hayan marcado la temporada. Pero desde acá, hasta donde podemos ver de modo discreto y desde el pequeño agujero televisivo que nos ha dejado la TVE, o de lo que llega día a día por el medio virtual, esa conclusión sacamos.

Si me equivoco o me quedo corto, me perdonan la vida.

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