miércoles, 24 de noviembre de 2010

El toreo "a la luz de las velas" vuelve a la Belmonte

  Desde hace seis años, y desde las puertas mismas del centro histórico de Quito, el toreo experimenta una particular expresión, distinta a la que el público aficionado de la captital está acostumbrado. 

Por estas fechas y desde entonces, el coqueto y bello coso de la calle Antepara se acurruca entre las primeras sombras que ofrece la noche, y ahí pare un espectáculo taurino sin igual.

Y como exige el toreo mismo, desde el inicio todo se hace con suavidad y ritmo. Rompe el paseíllo, con La Virgen de Triana liderando la procesión; a la luz de cientos de velas que titilan acompañando los requiebros y cantes del flamenco que desciende del tendido, los toreros actuantes llevan en sus hombros las andas, en uno de los momentos más sublimes y profundos de la noche.

Quizá sea por ello, por ese sello tan particular que ha impreso en estos últimos años, que este festival ha ido creciendo en popularidad y prestigio. Al punto que invariablemente se cuelga el "no hay billetes" con semanas de anticipación.

El Festival de la Virgen Esperanza de Triana se ha caracterizado por acartelar a los más connotados exponentes de la torería mundial. En ediciones anteriores han pisado el ruedo del añejo coso figuras del toreo tales como José María Manzanares padre, Enrique Ponce, el nuevo José María Manzanares, Morante de la Puebla, Leandro,  Javier Conde, Miguel Bienvenida, Jose Luis Cobo, entre otros.

El día de mañana tendrá lugar nuevamente este fantástico evento, en su sexta edición. Estarán alternando dos toreros conocidos de la afición que acude al coso belmontino: Enrique Ponce y Javier Conde, que sustituye a Juan Antonio Ruiz "Espartaco", que lamentablemente sufrió una lesión y ha presentado parte facultativo.

Las reses a lidiarse serán de Huagrahuasi y Triana, hierros sobre los que sobra cualquier presentación o comentario, pues son casi una garantía de éxito.

La mesa está servida. Mañana, si Dios lo permite, a las ocho de la noche las roncas voces del flamenco y las cálidas palmas del público acompañarán el arte de Enrique Ponce y Javier Conde.

Que Dios reparta suerte.

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