Reseña
Machachi.- Feria "Señor de la
Santa Escuela". Algo más de media plaza en tarde de mucha lluvia y frío. Se lidió
un novillo de Rumiquincha para rejones, manso y con tendencia a las tablas, y 6
toros de Campo Bravo, muy bien presentados en general y de comportamiento
variable; destacaron el 2do, lidiado por Guillermo Albán, bravo, noble y de mucha calidad en sus embestidas, que recibió
la vuelta al ruedo a sus despojos; y el quinto, bravo y noble, aplaudido en el arrastre).
Víctor Puerto (grana y oro): oreja, oreja y dos orejas; Guillermo Albán (malva
y oro): dos orejas, palmas y silencio; Sebastián Peñaherrera (rejoneador):
oreja.
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Los alternantes, a hombros |
La ciudad andina de Machachi
acogió la tarde de hoy una corrida de toros con todas sus letras; es decir,
incluyó todos los tercios, como debe caberle a un festejo taurino auténtico.
Y es
que desde que Quito perdiera aquella parte tan sustancial de la fiesta que es
la suerte suprema, por obra y (des)gracia de una consulta popular más que
discutible, la afición quiteña no había tenido oportunidad de vivir la fiesta
en su total integridad, al menos en las cercanías de la capital ecuatoriana,
otrora epicentro y eje de la fiesta taurina en Ecuador.
Por ello, la tarde de hoy
revestía una especial significación en el proceso de reivindicación de la
fiesta en el Ecuador.
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El Alcalde de Machachi y los toreros |
Antes del inicio del festejo, el
Alcalde de la localidad anunció la gran decisión del cabildo de declarar la Feria
del Señor de la Santa Escuela y a la fiesta brava en general, como Patrimonio Cultural Inmaterial en todo el Cantón. Enhorabuena por la iniciativa, y que ello siente bases
para que esta ciudad serrana vaya dando pasos firmes para la consolidación de
su feria taurina.
La afición que se dio cita esta
tarde pudo constatar, una vez más, la maestría, oficio y entrega del español Víctor Puerto. Todo cuanto realizó el coleta hispano tuvo
sentido de alta responsabilidad, pues su lote no siempre prestó facilidades
para el lucimiento. Su primero fue un toro flojo, que acudió al capote con la
cara alta y sin entregarse. Sin embargo, Puerto lo supo entender y esperar y fue
estructurando un vistoso trasteo en el que destacaron el dominio de los
terrenos y las distancias para meter al toro en la canasta. Mató de media
estocada en lo alto y cortó un trofeo más que merecido.
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Buen natural de Víctor Puerto |
El segundo de su lote fue un toro
castaño de bonitas hechuras, pero que planteó más de una dificultad al espada. Con
éste, volvió a estar Víctor muy solvente y seguro, derrochando honradez y oficio. En las primeras de cambio de faena de muleta la banda ya se había arrancado a tocar y acompañaba
festivamente el quehacer del coleta
español. Como la cosa lucía más fácil de lo que realmente era, el torero mandó
a callar a la banda, probablemente para
que el aficionado presente degustara cómo debe lidiarse un toro de esas
características. Mató al segundo encuentro y solamente ese fallo le privó de lo
que era un seguro doble trofeo, cortando solamente uno.
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Templado derechazo de Víctor Puerto |
Pero no habíamos visto todo.
Salió el que hizo quinto de la tarde, que fue otro de los ejemplares de alta
nota lidiados esta tarde. Con éste, Puerto desplegó un toreo profundo y de
mucha entrega, toreando sobre ambas manos con brillantez y logrando que el
público se le entregara de manera absoluta. Tuvo además el gran gesto de brindar, por medio de los micrófonos instalados en la plaza, a todo el público asistente, a Guillermo Albán y a la fiesta brava de Ecuador, la lidia y muerte del ejemplar.
Hasta la lluvia, que cayó
pertinazmente durante todo el festejo, amainó un instante para presenciar el buen trasteo
del torero de Alcorcón. Mató de certera estocada y le fueron concedidas, con
justicia, las dos orejas.
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Albán toreando a la verónica |
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Por saltilleras, al primero de su lote |
Guillermo Albán se encontró con
un primer oponente que fue todo un compendio de virtudes: bravo, noble, y de
largo recorrido en sus embestidas. Así lo vio el torero, cuando toreaba con la
capa, haciéndole un guiño al propio ganadero que se encontraba en el tendido.
Ante tal material, Guillermo se lució toreando de capa tanto en las verónicas
de recibo como en un vistoso galleo con el capote a la espalda y
posteriormente, por saltilleras. No pasó de un susto el feo achuchón que le
propinó el pupilo de Campo Bravo cuando el torero no pudo reponerse a tiempo de
una media vistosa verónica de remate, rodillas en tierra, siendo volteado
aparatosamente por el toro de Campo Bravo.
Ya con la muleta, el torero de
Guayaquil se estiró con clase toreando con la derecha para dibujar varias
series muy plásticas y templadas. También logró momentos muy lucidos toreando
al natural y luego, en los muletazos en
redondo. El toro, un gran colaborador en todo momento, tuvo solamente el defecto
de sus escasas fuerzas que no permitieron que fuera a más. La gente pidió con
fuerza el indulto para el ejemplar, pero la autoridad, quizá con exceso de rigor, no concedió. Luego de un pinchazo sin soltar, Albán ejecutó una gran estocada
consiguiendo el doble trofeo de su primer oponente y la vuelta al ruedo, más que merecida, a sus despojos mortales.
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Derechazo de Guillermo Albán |
El segundo de su lote fue un toro
reservón e incierto. No permitió al torero de la tierra sentirse del todo
a gusto,
a pesar de que se vio la
entrega y empeño del torero por agradar al público. La faena de Albán no tomó
vuelo además porque la lluvia arreció justamente en esos pasajes de la lidia y
su quehacer no caló demasiado en el tendido. Mató de estocada delantera y
perpendicular y escuchó aplausos del respetable.
El tercero de su lote fue el toro
menos potable del encierro. Fue muy castigado en el caballo de picar, por lo
cual apenas si se desplazó en el trasteo de muleta del torero de Guayaquil. Así
las cosas, su labor no tomó vuelo y no tuvo mayor lucimiento. Mató de media
estocada trasera y dos golpes de descabello.
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El debutante Sebastián Peñaherrera |
Esta tarde marcó el debut del
joven rejoneador Sebastián Peñaherrera, de 15 años de edad. Gustó el quehacer
de este interesante prospecto del rejoneo del país, sobre todo por su buen dominio de
las cabalgaduras y un buen sentido del temple y de la reunión de las suertes. Evidenció
además que han servido las clases maestrantes de las insignes figuras del toreo
como Pablo Hermoso de Mendoza y del luso Rui Fernandes. Entendió bien al
ejemplar de Rumiquincha que le tocó en suerte y, si bien aún está verde, caló con
su carisma y entrega, que es por el momento lo más importante. Cortó una
oreja luego de dejar un certero rejonazo en buen sitio.
Tenemos, pues, una nueva feria taurina en el país, que además se encuentra ya protegida de los embates abolicionistas. Enhorabuena, Machachi, por su afición y valentía. Que tomen nota los que vienen detrás, o los que ya van por delante. ¡Que viva la fiesta de los toros!